junio 04, 2009

El Secreto de Ser Feliz




Hoy desperté muy temprano, las aves cantaban, y sentía el olor del desayuno preparándose en la cocina, ahí estaba ella, tan dulce y tierna como siempre. Cerré los ojos y agradecí por todo lo que tenía, la bendije a ella y todos aquellos que quería y se encontraban en mi corazón. Salté de la cama, puse algo de música para poner el ambiente un tanto romántico y fui a su encuentro, ella estaba tan hermosa como siempre, sus enormes ojos brillaban y traslucían la pasión que sentía su corazón al verme. La salude con un enorme beso abrazándola con ternura, la tome de la mano y la llevé al jardín, quería mostrarle algo que había comprado para ella, era un dulce gatito. Ella se emocionó tanto al verlo y me volvió a abrazar y nos dimos otro gran beso. Yo sentía tanta alegría. Fuimos a desayunar los tres, ya que aquel maravilloso animal se había convertido en parte de la familia. Luego me despedí, pues tenía un ambicioso proyecto que dirigir, ayer fue su lanzamiento y hoy recibiríamos los resultados preliminares.

Ya en la empresa, junto con los directivos, entramos a la sala de conferencias e iniciaron la exposición de los resultados del proyecto. Cuando oí las palabras del expositor y vi los cuadros estadísticos confirmar los números, las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos emocionados. El impacto en el mercado había sido enorme y cada vez se recibían más pedidos del producto. Era demasiada alegría, era todo lo que quería en ese momento. Los miembros del directorio me felicitaron, y yo me mantuve muy agradecido y acepté con humildad aquel triunfo. Una vez que me despedí de ellos, inmediatamente, corrí hacia mi auto y fui a toda velocidad a recoger a mi amada, pues habíamos quedado en almorzar, y también, contarle los resultados del proyecto.

Cada día es increíble, cada día es más feliz que el otro, no tengo motivos para sentirme mal o estar deprimido, todo está bien, tengo a mi lado a la mujer que amo, conservo a mi familia que se que me ama y yo los amo, he construido algo que me marcará en los libros de historia, tengo recursos materiales y espirituales en abundancia, y ayudo a todo aquel que lo necesita. Se que había nacido para esto y hoy lo estoy viviendo, se que me merezco todo esto, y también se que todo aquel que lo quiera también puede tenerlo, yo soy un ejemplo viviente de ello. Hoy a sido un gran día, y mañana me será otro mejor.

¿El secreto? Concéntrate y pide con fervor aquello que quieres, pídelo con pasión y te será concedido, debes de sentirlo, debes de imaginar que ya lo tienes, pues eres el resultado de tus pensamientos. Pide aquello que crees solucionará tus problemas y tu vida, actúa con el corazón y vive en armonía. No te concentres ni pienses en lo que no quieres, pues te traerá más de lo que no te gustas y nunca podrás salir de ese círculo vicioso. Has este ejercicio, libera tu mente, quita aquello que no te gusta y visualiza aquello que te gusta y pide por ello, piensa en ello y siéntete como si ya lo tuvieces, imagina que ya es tuyo, y deja que el universo trabaje para dártelo, está ahí solo tienes que pensar en ello y sentir de corazón que lo quieres y que ya lo tienes.

Todo ser viviente esta hecho de energía al igual que el universo, todos estamos conectados de alguna forma, y nuestro pensamiento es el único control para crear nuestro destino.

junio 25, 2008

Mis amores perdidos....



No recuerdo exactamente cuantos amores perdí, no recuerdo cuantos quedaron atrás, cuantos se fueron y los vi alejarse sin poder hacer nada, amores que se desvanecieron en el instante en que luchaba por retenerlos, amores que se fueron por más que hice cuanto pude y se me escaparon de las manos, amores que por razones desconocidas no pudieron concretarse y que a todos ellos les dedico esta carta, estas líneas que con el corazón casi roto, las escribo. Recuerdo los efectos de la desdicha en su punto más alto, recuerdo a mi única compañera llamada soledad, recuerdo las tardes vacías, recuerdo caminar por la calle con un cigarrillo encendido, sin rumbo, sin sentido, tan solo caminar y pensar, llegar hasta el borde en el que la tierra limita con el océano, suspirar, intentando encontrar una respuesta de porque ella se ha ido, dejándome con el alma hecha un nudo y el corazón vacío. ¿Qué sucede con aquella que se aleja?, ¿Qué sentido tiene al final de todo para esa persona?, jamás lo sabré, tan solo sé que existió una vez el corazón puro y sincero de alguien que quiso compartir un poco de si con otra persona, y hacer de su unión una razón para aspirar a ser mejores, en un mundo cada vez peor y lleno de errores.

Admitiendo que a pesar de haber encontrado a muchas a lo largo de mi vida, con las cuales hubiese sido posible ser feliz tan solo por un momento, y que por más que esperé nunca llegó tal día, amores que fueron como mariposas que se pararon a beber el néctar de una triste alma herida y que luego de cautivarla, se marcharon, dejando como único recuerdo la despedida y una melancólica mirada que se aleja. Ésta es la historia de un triste corazón que no eligió amar tanto para recibir tan poco, tan solo amaba porque esa era su naturaleza y así había nacido, un corazón que llevaba siempre las marcas de todas las heridas que le provocaron sus amores perdidos, algunas abiertas todavía, las cuales le dieron vida a esta historia llena de nostalgia.

No creo que me guste el dolor, no creo que sea algo normal que a alguien le guste, tampoco me gusta estar solo todo el tiempo, y a su vez pienso que no sería normal que a alguien le guste andar siempre solo, pero ¿Y si el destino nos atrapa y nos lanza a ese pozo frío y oscuro lleno de dolor y soledad?, nadie elegiría un camino tan tortuoso, pero se que muchos nos encontramos sumergidos en ese abismo, yo en particular he intentado salir varias veces, hasta que creí que lo había conseguido, sin ayuda de nadie, simplemente un día que mi corazón estaba exhausto de todas las batallas que había librado para controlar las constantes y cada vez más profundas hemorragias, decidió tomar un descanso y se durmió por primera vez, nunca antes lo había hecho, y por eso no entendía que se siente estar sin amar, la respuesta era "paz", sin embargo, los corazones no descansan para siempre, y el mío volvió a despertar, ya recuperado, dispuesto a volver a encenderse, fue cuando descubrí el miedo a volver amar, y en muchas ocasiones evitaba que lo hiciera, costaba mucho pero lo lograba, trataba de controlarlo cada vez que podía, hasta que un día ya no pude retenerlo más y se encendió sin control. Hoy tengo el corazón triste y desesperado, no me avergüenza decirlo porque no hay razón de hacerlo, a pesar de que siempre intentaba ocultarlo lo más que podía y parecer feliz, pero que al final solo lograba hacerme más daño, es cierto. Quizá le reclame a la vida una explicación del caso, le he suplicado a Dios que me ayude a entender todo esto, jamás he cuestionado su voluntad y nunca he de hacerlo, a pesar de que en muchas ocasiones duele, tan solo quiero entender, y enteder a veces cuesta mucho, y a veces se entiende cuando ya no se puede hacer nada para cambiar las cosas.

Recuerdo un poco. A Jeremi, a mi Mariposa de Amor, a Maria Claudia, son tantas, y llevo clavada una espina por cada nombre, una espina que en su momento, cuando intentaba sacarla, más grande se hacía la herida, hasta llegar al éxtasis del descontrol, del sufrimiento y la desesperación, sin poder remediar ninguna de ellas, cada intento de extracción de la espina, cada momento en que recordaba que ya no volvería, era sucedido por una crisis de desolación, y otra vez la frustración, el sufrimiento y la desesperación, y mi único remedio, "esperar a que pase", el cual lleva impregnado en su esencia uno de los sabores más amargos que existen, era como tener un ataque de asma sin tener un inhalador con que calmar la crisis. Yo estaba enfermo, enfermo de amor, como ahora, con una nostalgia infinita, haciendo de mi propio doctor y enfermero, secándome las lágrimas durante la noche y poniéndome paños fríos para bajar un poco la temperatura, haciendo puños y soportando cada vez que se aproxima otra crisis de amor, pues mi corazón la reclama, pide su compañía, se desangra y ella es la única que puede curarlo, no se que decirle cada vez que me pregunta dónde está, ya se me acabaron las excusas, ya no puedo evadirlo, ella se mete a mi mente y se apodera de mis emociones, siento tanta rabia por haberla perdido, siento tanta rabia de no poder tener una respuesta, de saber que se a ido, de saber que no puedo reclamarla, de que lo único que me queda es olvidarla, pero que no se puede, al menos no por ahora, no sin una explicación, estoy desesperado, ya no importa nada, tan solo ella, intentaré buscarla en mis sueños, ¿Podré encontrarla?. Pero, de qué me sirve una ilusión, agrandará más la herida, la necesito a ella no a una ilusión, ¿A dónde te has metido?, vuelve a mis brazos, seamos felices aunque sea por un momento, regresa y te mostraré un mundo nuevo en donde los sueños puedan ser verdad.

febrero 29, 2008

Una larga espera...

Con un cigarrillo encendido, con la guitarra entre mis manos, rasgando las cuerdas para producir el dulce sonido de aquellas melodías que me hacen recordar a mis amores perdidos, amores que una vez tuve, que viví y que sentí, y que ahora solo son parte de mis recuerdos, intentando llegar a las notas más altas, cantando con pasión, viviendo cada verso, inmerso en mi propio mundo, sintiendo que cada estrofa es un grito que nace desde lo más profundo de mi ser, intentando reclamarle a la vida por todos aquellos amores que se extraviaron en el camino, recordándolos uno por uno, intentando conseguir cada vez más inspiración. Justo al borde de lograr concentrarme por completo, el teléfono empieza a vibrar y todo se detiene, observo la pantalla, 'un mensaje nuevo', presiono el botón de lectura, mis ojos recorren las cortas líneas del mensaje, empiezo a sentir temblores en el estómago, dentro de mi cabeza hay una mezcla de asombro, dudas y felicidad, dejo el teléfono tembloroso sobre el escritorio, reinicio la melodía que estaba tocando hace unos instantes, pero esta vez con mucha más pasión que antes, logrando casi al instante el éxtasis total, logrando sumergirme por completo en la música, en aquellos versos que reclaman a aquel amor que se fue, llegando en primera instancia a los tonos más altos, sacrificando la voz al máximo como nunca antes, esta vez la música suena bien, el sonido es melancólico pero muy agradable, dirigiendo aquella melodía hacia las estrellas, con la mente completamente desorbitada producto de todos aquellos recuerdos que se me vinieron a la mente luego de leer aquel mensaje de remitente alguna vez habido perteneciente a un amor perdido.

Muy sorprendido y sensible pienso ¿Cómo tan cortas palabras pueden causar un efecto tan profundo en el corazón de un ser humano? termino la triste canción y de inmediato empiezo otra de tono más sensible y profunda, luego de terminarla continuo tocando otra tras otra, seis en total, cuando siento que el clímax a llegado a su fin, me reclino y pienso sobre este dulce amor que se fue y que al parecer decidió regresar, tomo el teléfono una vez más y le escribo una breve y tierna dedicatoria, quedamos en vernos el fin de semana, veo el calendario, faltan cuatro días, me parece una eternidad, me armo de paciencia y cuento cada día que pasa, imagino el día en que vería a mi amada, la imagino en un parque, sentados, conversando tiernamente, besándonos con pasión, sonriendo a cada instante, sintiendo que el mundo desaparece, suspirando, sintiendo aquella sensación tan agradable y peculiar de nuevo hasta terminar el día, un día que de la nada se volvió tan corto, y así paso los siguientes días pensando en aquel amor que volvió a irrumpir en mi mente y en mi corazón, y que me quitó la calma por completo.

Es casi media noche del viernes, acostado, no puedo dormir por más que lo intento, solo pienso en mañana, me paso cuatro horas en vela, despierto a la una de la tarde, me baño y me cambio, almuerzo con mi familia, dan las tres de la tarde del día cero, impaciente esperando la llamada o el mensaje de mi amada, cojo una revista, intento hacer tiempo, veo el reloj, las cinco y media de la tarde, me impaciento un poco más, veo a mi prima que esta alegremente abrazada con su chico que ha venido a visitarla, me piden que los acompañe a dar una vuelta por la plaza, accedo, me notan algo nervioso y acelerado, les comento el motivo de mi intranquilidad, se alegran y me dicen -cálmate, ya va a llamar-, paseamos un rato, luego me despido y los dejo solos, mientras me alejo volteo para darles un último vistazo, los dos me sonríen dulcemente abrazados y se despiden una vez más moviendo las manos, vuelvo a mi sendero y luego pienso que yo estaré igual que ellos horas más tarde.

Caminando, mis ojos me obligan a divisar una vez más el reloj, saco el celular de mi bolsillo, los números dictan las seis y media, la tarde ya casi termina y está a punto de darle paso a la noche, pienso que mi amada debe estar alistándose y que pronto me llegará su mensaje, regreso a mi casa, me ha dado un poco de hambre y como algo intentando hacer un poco más de tiempo, me siento en la computadora y abro el messenger, pongo música de Guns N' Roses, chateando descubro que todos mis amigos ya tienen planes para hoy, luego pienso que sería cruel e injusto que cualquier persona que pueda y tenga ganas de salir un sábado por la noche no lo haga porque no tiene con quien consumar su salida. Veo una vez más el reloj, las ocho y cuarenta y cinco, me alisto, me rocío un poco de perfume, guardo mis llaves, la billetera, el zippo, la cajetilla de cigarros, el halls, y el celular, salgo a la calle con dirección a Miraflores, saco nuevamente el teléfono para ver si hay algún mensaje nuevo, nada, cada vez me pongo más y más impaciente, busco el numero de mi amada y le envío un mensaje preguntándole cuánto va a demorar, llego al parque Kennedy, me siento en una banca, saco nuevamente el celular, nada nuevo, veo el reloj con las manos temblorosas producto del nerviosismo y la ansiedad, es las diez de la noche, temo lo peor, camino rápidamente hacia el teléfono público más cercano, marco los ocho dígitos de su número telefónico, escucho el tono de timbrado, es una larga espera, nadie contesta, marco su número una vez más y una vez más nadie contesta, intento otra vez pero sin éxito, intento cuatro veces más, el mismo resultado, estoy a punto de rendirme, decido marcar por última vez, timbra una, dos, tres, cuatro veces, alguien contesta, oigo carcajadas de chicas, digo -¿hola?, ¿hola?- pasan tres segundos y cortan, decido llamar de nuevo, suena apagado, después de tres intentos más puedo reconfirmar que el celular está apagado, de pronto mi mente se convierte en un torbellino, las malas ideas brotan por doquier, me siento completamente ofuscado, enciendo el octavo cigarrillo de la larga espera, camino sin dirección, veo nuevamente el reloj, las once y cincuenta de la noche, intento buscar alguna respuesta dentro de mi cabeza, la única que hallo dice "te plantaron, se olvidaron de ti, jugaron contigo y se burlaron", después de oír esto y ver que es verdad me siento completamente humillado y adolorido, totalmente ultrajado, hecho añicos, mi amada nunca apareció, ni siquiera se dignó en contestarme o decirme que no iba a poder salir conmigo, caminando con el teléfono móvil en la mano, revisando todos sus mensajes, recordando sus dulces palabras llenas de espinas en el fondo, no logro comprender mi trágica situación, siento un insoportable deseo de arrojar el maldito aparato y hacerlo trizas contra el suelo, me contengo, borro todos sus mensajes y luego lo guardo, busco un lugar para sentarme, intento relajarme, no lo consigo, maldigo el día en que decidió enviarme aquel mensaje, maldigo el día en que la conocí y la maldigo a ella, suplico justicia, no la encuentro, tampoco sé como hacerla, me pregunto una y otra vez, ¿Por qué ella hizo esto?, ¿Qué de malo le hice?, ¿A caso es malo para ella quererla?, ¿Por qué lo hizo si yo estaba tan tranquilo?, estaba a punto de olvidarla, nunca la busqué ni le escribí ni la llamé, la tenía a un paso de enterrarla en mis recuerdos, porque decidió buscarme para luego dejarme como a un perro, que criatura tan espantosa y terrible resultó ser, no puedo más con esto, no me lo merezco, buscaré algo con que olvidarme de ella.

Me levanto de la banca, me dirijo a una discoteca en la que posiblemente encontraré algunos amigos, camino abriéndome paso entre la multitud, los encuentro, busco alguna chica con la cual bailar, encuentro a una y bailo sin parar como si fuese la última vez, después de seis largas canciones estoy completamente exhausto, estoy mucho más calmado, busco a mi grupo, me siento en la mesa y tomo el octavo vaso de cerveza, luego pienso que es parte del consuelo que tanto necesitaba, a nadie le cuento lo que me sucedió, oculto mi sufrimiento, intento olvidarlo conversando con la linda chica que conocí aquella noche, la invito a bailar una vez más, mientras bailamos nuestras distancias se acortan a muy pocos milímetros uno del otro, nuestras narices se rozan y sonreímos, continuamos bailando, el alcohol ya hizo efecto suficiente en mi, de pronto me encuentro besando a esta dulce desconocida, sus besos saben muy bien, sonrió, me siento relajado, he olvidado por completo aquel tortuoso momento, ya no pienso más en ella, ya no...

enero 20, 2008

En algún momento, en algún lugar... I



El día se oscurece, es sábado, son las seis y media de la tarde, es verano y hace bastante calor, Dante está muy contento porque hace poco conoció a una chica muy linda llamada Cristy, abre las persianas de su cuarto, pone música de Aerosmith y Guns N' Roses, se asoma por la ventana, enciende un cigarrillo y empieza a recordar.

Una tarde soleada salió a caminar por el parque Kennedy, llevaba un libro en el cual escribe distintas cosas que se le ocurren poco a poco día tras día, se sentó en una banca y empezó a escribir como de costumbre, él escribía y escribía atrapado en su mundo lleno de fantasías, cuando de pronto una chica que pasaba por ahí se sienta a su costado, abre su cartera, saca un papel y le pregunta amablemente si le puede prestar su lapicero, pues necesita escribir una dirección, Dante la mira y algo le atrae de ella, sus místicos y bellos ojos transmiten una sensación agradable pero extraña, él de inmediato le alcanza el lapicero, ella escribe la dirección calmadamente, termina y se lo devuelve con una sonrisa, Dante no deja de mirarla, pues ella interrumpió su meditación y lo atrapó en sus bellos ojos y en la impresionante figura de su cuerpo, de pronto la misteriosa y bella chica le hace una pregunta -¿Qué cosa escribes?-, lo interroga con la naturalidad y tranquilidad que se hacen dos personas que ya se conocen y se caen bien, Dante algo intimidado le responde -intento escribir un libro lleno de historias-, él afirma, -mmm escritor resultaste- agrega la dulce desconocida coquetamente con una sonrisa, Dante ríe tímidamente, los dos empiezan a mirarse durante algunos segundos en silencio y vuelven a sonreír, -Me llamo Dante-, él se adelanta, -Yo soy Cristina pero puedes decirme Cristy-, -¿Vives por aquí?- pregunta ella, -Sí claro, justo a unas pocas cuadras está mi casa, ¿y tú?- responde Dante, -Vivo en Surco, pero casi siempre vengo a visitar a mi prima que vive muy cerca de aquí también- responde Cristy, Dante propone dar un paseo por el parque y alrededores, Cristy acepta alegremente, caminan juntos y continúan conversando muy alegremente, ella le cuenta que estudia psicología en la Universidad de San Martín de Porres y cursa el quinto ciclo, también le dice que le apasiona su carrera, que tiene una gata llamada Milu a la cual ama con devoción, que le fascina ver el mar durante el ocaso, que no se lleva muy bien con su Padre pero que sin embargo lo quiere y respeta mucho, su madre se encuentra en USA y vive allá con otro compromiso, ya que ella con su padre se divorciaron hace algunos años, Cristy le cuenta que quiere irse a vivir a Italia, que es allá en donde logrará sus sueños, le cuenta que uno de sus sueños es lanzarse sin paracaídas de un avión y aterrizar en el mar, le cuenta que le gusta mucho caminar, que le gusta salir sola, piensa que así se divierte más ya que es libre de ir a donde se le antoje. Por otro lado, Dante muy sorprendido por la madurez y las locas ideas de Cristy, se siente completamente identificado y le transmite su alegría, él le cuenta que le apasiona la música, que le apasiona escribir durante la madrugada cuando se puede percibir un silencio total, que le apasiona el autodescubrimiento y la meditación, que le encanta tocar guitarra, que uno de sus sueños platónicos es formar un grupo musical que sea reconocido en todo el mundo, le cuenta que quiere poner en práctica sus ideas y construir un imperio, que le atrae y le apasiona estudiar los misterios de Dios, Cristy lo mira sorprendida, se ríe y le dice que es un loco al igual que ella, los dos ríen sin parar luego ella le dice coquetamente -Me encantan los locos-, Dante se sonroja y le dice que ella está más loca que él, ella lo empuja y él le devuelve el empujón, se miran y se vuelven a reír, ella lo jala del polo y lo atrae hasta estar a pocos milímetros de su rostro, se quedan mirándose, luego ella lo suelta y se va corriendo, Dante va tras ella e intenta alcanzarla hasta que lo logra, y se repite la escena nuevamente, los dos a muy pocos centímetros uno del otro, de pronto Dante empieza a sentir un cosquilleo que le resulta familiar en el estómago, evalúa la situación y se da cuenta que se está enamorando de Cristy, no lo puede creer porque a penas llevan dos horas de conocerse, Cristy también siente lo mismo pero ella controla sus impulsos y trata de actuar fríamente, Dante intenta acercarse más a Cristy pero Cristy se retrae, Dante espera unos minutos e intenta relajarse, no lo consigue, intenta acercarse nuevamente pero Cristy vuelve a retraerse y lo mira como un desconocido, Dante lo toma como un rechazo, se aleja un poco y se entristece, Cristy se da cuenta y sonríe disimuladamente, se acerca, lo toma de la mano y le da un beso en la frente, Dante ya no puede contener lo que siente, los ojos le brillan y todo el cuerpo le tiembla, pone cara de perrito triste, toma a Cristy fuertemente y la besa con pasión, Cristy solo se deja llevar por él, de pronto, los dos se encuentran en una nube, y sin darse cuenta han creado una burbuja alrededor del mundo, ellos están dentro y el mundo fuera, se sienten muy bien, ninguno de los dos lo puede creer, Cristy se percata que Dante la continua mirando como perrito arrepentido y ésto le recuerda la cara de su gata Milu cuando está en el jardín y no la deja entrar, Cristy no lo puede evitar y suelta una carcajada, Dante, aturdido, le pregunta el motivo de aquella risotada, Cristy sonríe dulcemente y le dice -No me hagas caso-, lo mira fijamente y le da un estruendoso beso, Dante se siente muy feliz y Cristy también.

enero 15, 2008

Pensamientos, Poemas y Reflexiones


Buscando entre los registros que guardo en la computadora, encontré algunos textos interesantes que escribí hace algunos años, los tenía ocultos, pensando en el momento adecuado en el cual me sean útiles. ¿Será éste el momento?. Pues bien, hice una selección especial de todos los que habían y éstos son algunos, espero que los disfruten.


EL RECUERDO DE UN AMOR PERDIDO...
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El recuerdo de un amor perdido, una nostalgia marca una vez más tu corazón, de pronto, la melodía que te recordaba a aquella persona empieza a sonar. Contemplando tristemente el jardín durante la noche, una noche sin luna y sin estrellas, inspirando el aroma de la soledad, inspirando la fragancia del recuerdo de un amor perdido que aún no se encuentra en el olvido, mis ojos brillan con ternura, y mi cuerpo tiembla al sentir el soplo del viento lleno de suspiros. Levantando la mirada, busco a la luna y a las estrellas, les reclamo una respuesta, la luna, reflejando una luz muy tenue, intenta brillar más para tratar de consolarme haciéndose presente, sin embargo, las nubes cargadas de llanto, cubren el cielo intentando ocultar la luz infinita de la luna y las estrellas, para que finalmente dejen caer la garúa de sus lágrimas. Mis ojos desorbitados y pensativos, reflejando los abismos de la soledad ocultos en mi alma, tratan de recordar aquellos días en el cual aquel amor no estaba perdido, tratan de recordar los momentos felices que pasó mi corazón cuando ella estaba presente, cuando podía oír su risa, su voz, su forma de hablar, cuando me decía que me quería, cuando podía ver su rostro, su modo de mirarme a los ojos, sus manos tomando las mías. No obstante, los espasmos de la soledad me hacen volver a la triste realidad, vuelvo en sí, vuelvo a sentir el soplo del viento, y mi cuerpo vuelve a temblar, cierro mis manos formando un puño, y me pregunto a mi mismo, ¿cuál seria la historia si aquel amor no se hubiese perdido?, y otra vez el mismo triste silencio brota de mi corazón, levanto la mirada una vez más, buscando otra vez una respuesta en la luna y en las estrellas, pero el soplo del viento junto con la triste garúa que brota de las nubes, me abofetean la cara y una vez más vuelvo en sí, y pienso, y me doy cuenta de que todo lo que sucedió no es más que el triste recuerdo de un amor perdido, que tropezó una vez más en nuestro camino.


LA MAGIA DE UNA ESTRELLA, UNA LUZ BRILLA EN LA PENUMBRA
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Caminando por las calles durante la noche, caminando por senderos desconocidos, meditando, queriendo hablar, intentando sonreír, llegando al umbral de la penumbra, percibiendo una soledad infinita, sintiendo el golpe del viento, tiritando de frío, miro hacia la nada, y contemplo las olas del mar rompiendo en la arena, diviso el horizonte, diviso en la oscuridad el rumbo infinito de las estrellas, y me pregunto, ¿cual de todas será mi estrella?, cual de todas será capaz de elevarme hacia el infinito, cual de todas me hará brillar y me mostrará el camino, cual de todas me tomará en su regazo y me hará sentir como un niño, cual de todas esperará a que yo la encuentre, cual de todas me dirá aquí estoy amor mío. Pues cuando nos encontramos tristes y solos, perdidos en el olvido, cuando necesitamos de ese cobijo, de ese calor, de ese amor, de esa estrella que nos dará cariño, entonces no perdamos la fe de encontrarla, porque esa estrella estará ahí siempre esperándonos al final del camino.


EL AMOR Y LA ILUSIÓN
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Las ilusiones son como nuestros ángeles de la guarda, que se aparecen en los momentos en que nuestro corazón necesita de un apoyo, se nos acercan y nos hacen creer que todo esta bien, que todo es posible, que todo lo que una vez deseamos lo podemos tener, nos hacen creer tantas cosas que finalmente perdemos la noción de lo que es real, pero cuando queremos disfrutar de todas esas cosas maravillosas, entonces despertamos porque encontramos nada, y toda esa nube creada por nuestras ilusiones que nos hizo volar alguna vez, se desaparece y nos hace caer en los abismos de la soledad, solo nos deja un vago recuerdo y una nostalgia mucho más profunda de la que sentimos antes de caer en sus brazos, nos deprimimos, nos recostamos sobre algo y empezamos a meditar y a preguntarnos una y otra vez ¿qué hicimos mal?, pero no encontramos una respuesta, entonces decimos ¿qué hacemos?, y pensamos y pensamos pero no lo sabemos, y nos encontramos completamente confundidos y deprimidos, ya que necesitamos ayuda urgentemente, porque nuestros corazones se encuentran tan vacíos que ya no quieren seguir latiendo, porque la soledad cada vez es más intensa y maligna como un cáncer que nos consume poco a poco, es entonces que deseamos que el amor se aparezca y toque nuestras puertas, pues es nuestra única esperanza para poder seguir viviendo, ¿y si ese amor nunca llega?, pues sí legará, si tenemos fe en él, llegará si no perdemos la esperanza y luchamos para conseguirlo, pero ¿cómo si no sabemos donde está?, pues está muy cerca quizá más de lo que nos imaginamos, el problema es que no podemos verlo porque las cosas llegan en su debido momento, porque todo debe caer por su propio peso, porque fue por amor que se nos creó, fue por amor que la felicidad alguna vez tocó nuestro corazón, y es por amor que debemos enfrentar al dolor. Así que ponte de pie, borra la tristeza de tu rostro, sigue adelante, no te des por vencido, aún hay mucho por recorrer, aún hay mucho que decir, que sentir, que vivir, que descubrir. La vida es una prueba, es como un examen de aptitud, si sabemos qué hacer, sino perdemos la cordura, si nuestro corazón no guarda ningún secreto, ningún mal que lo consuma, si nuestro corazón no está enfermo y ve todo con buenos ojos y lo escuchamos y actuamos debidamente, entonces no hay por qué temer, ni por qué entristecerse, pues actuamos correctamente, y eso es lo que importa, actuamos con el corazón, y todo eso, todo ese sufrimiento, toda esa nostalgia que alguna vez sentimos, será recompensado cuando al final de nuestros días veamos la gran obra de amor que hicimos, el gran ejemplo de amor que dejamos, ver al amor reflejado en los ojos de los que más queremos, ver que al final valió la pena todo ese sacrificio, es entonces que sentiremos la felicidad suprema en nuestro corazón, el cual decidirá descansar, para luego esperar a que el buen Señor nos lleve a aquel lugar en donde el más increíble sueño pueda ser verdad...

diciembre 06, 2007

Mariposa de Amor....




Era sábado y había planeado salir a divertirme con mi primo, fuimos como de costumbre a Miraflores, caminando entre la gente joven, por La Calle de las Pizzas, decidí entrar a una de las tantas discos que ahí se encuentran, estaba repleta y había que hacer espacio entre la gente para poder caminar, y mientras estaba en pleno ajetreo, mis ojos divisaron a Mariela, una muy dulce y bella chica que se convirtió en mi “Mariposa de Amor”.

Aquel día en que la vi por primera vez, la encontré en medio de aquel antro, parada entre la multitud con una amiga, las dos estaban inquietas, parecían buscar o esperar a alguien pues estaban solas, cosa muy rara, ya que encontrar dos chicas así de la nada, tan lindas y dispuestas a hacer vida social, es tener mucha suerte a pesar de no saber si ésta sería buena o mala. Desde que mis ojos se posaron sobre Mariela no pudieron apartarse, y la miraba y la remiraba y me decía a mi mismo una y otra vez, -tienes que conocerla, tienes que hablar con ella, tienes que hacer algo!, ¿Pero qué?-, así que en un arrebato de adrenalina mezclada con altas dosis de endorfinas, y a pesar de que muchos caballeros se habían acercado a invitarla a bailar y ella se había negado, tome aire, me acerqué, la tomé suavemente del brazo, la miré fijamente a los ojos, y la invite a bailar, Mariela me miró sorprendida y accedió con una sonrisa, cruzamos nuestras miradas, y de inmediato supe que si me quedaba demasiado tiempo con ella, corría el riesgo de enamorarme, y como tengo el espíritu de un centurión masoquista, decidí quedarme e intentar cortejarla, ella también parecía interesada, a pesar de que todos sus movimientos estaban previa y fríamente calculados al milímetro, con aquel estilo, audacia, talento, y sobre todo, encanto que caracteriza a las mujeres, pues es como un don con el cual nacen todas, es como si ya tuviesen programados en los genes, cuales son las acciones paso a paso, para seducir a un hombre y hacerlo caer, para atraparlo y manipularlo a su antojo, y yo no sería la excepción, así que dije, -ahí vamos otra vez-.

Desde que me cautivó, ya sabía que había perdido la batalla, que iba a perder sin importar el cómo y el porqué, que estaba derrotado y sometido a su voluntad, así que tenía dos caminos. El primero, continuar sin poder defenderme, apostando todo a que la dueña de mi voluntad resuelva darme el control de su corazón y así ser felices los dos, considerando que si perdía la apuesta, la caída me dolería como de costumbre, tener que pasar por cuidados intensivos una vez más, en la sección "enfermedades del corazón de alto riesgo", luchar contra mí mismo, hacerle entender a mi cabeza que ella no volvería y que todo había sido en vano, para luego pasar a la "sala de recuperación" por un buen tiempo hasta reponerme (conozco todo el proceso de memoria, quizá por eso siempre atino a lo primero). El segundo, detener todo, esperar a que terminemos de bailar, no abrir la boca, trar de controlar los desmedidos saltos de mi corazón, hacerme el disimulado, guardar aquella escena como un dulce recuerdo, y apenas termine todo, escapar del lugar, cosa que en aquel momento es lo más difícil de hacer, ya que me sentía atrapado como cuando una abeja vuela y revuela alrededor de la luz de un foco muy brillante, intentando llegar hacia luz sacudiéndose contra el cristal que impide su deseo, y a pesar de todo continúa y continúa achicharrándose las alas, golpeandose una y otra vez a pesar de saber que su destino es morir, al igual que un centurión, al igual que yo, y lo digo porque siempre he tenido la plena convicción de que uno debe luchar por lo que quiere, por aquello que tu corazón te pide, así pierda, así te muelan a palos, así te dejen medio muerto y sangrando, hay que luchar hasta el final. Y a pesar de que sabía que iba a perder en aquella inminente batalla, resolví llevar mis pasos hacia el primer camino y hacerle frente a la bella ladrona de corazones (por eso digo lo de masoquista, sabía que quedaría ultrajado).

Aquella noche solo quería bailar con ella, conversar con ella, contemplar su tierna y dulce carita, tomarla entre mis brazos y besarla, abrazarla muy fuerte, sentir que con sus besos y su aroma puedo desprenderme del mundo y volar hacia las estrellas, sentir gracias a las muy elevadas endorfinas, el completo adormecimiento de la percepción de lo que sucede a mi alrededor, sentir como la lógica se desvanece para abrirle paso a los sueños, sentir que con un abrazo, que con una caricia, el mundo desaparece y te dan ganas de gritar lo bello que es estar vivo, te dan ganas de ponerte de rodillas, mirar al cielo y darle gracias a Dios por aquel momento, y piensas que aquel sueño lo recordarás durante toda tu vida sin importar lo que pase.

De todo aquello que anhelaba, solo sucedieron dos cosas, bailé casi toda la noche y me quedé conversando con ella hasta el final. Todo iba bien hasta entonces, cuando le pedí su número, me contó que no tenía celular porque se lo habían robado, así que me dio su dirección de correo electrónico, yo le di mi tarjeta por si sucedía el milagro de que me llamase, lo único malo de aquella plática, era que tenía tan solo dieciséis años mientras que yo veintiuno, en diciembre cumplía diecisiete, y estaba todavía en el colegio cursando el último año de estudios. Después de aquella noche, que pensé no se volvería a repetir, ya que no la había encontrado en el Messenger durante ocho o nueve días desde que la agregué a mis contactos, y no había respondido el tan cursi correo electrónico que le envié a los dos días de conocerla, que me hicieron recordar aquellas cartas que escribía a las chicas que me gustaban cuando tenía la edad de ella, y habiendo ya casi abandonado toda esperanza de volver a verla, un sábado que no tenía planeado salir, decidí ir con un amigo a aquel lugar en donde nos conocimos, por si sucedía el milagro de encontrarla otra vez, y así fue. La encontré con la amiga de la otra noche, junto con otros amigos más, los cuales a pesar de que yo no les daba importancia, les guardaba cierto recelo. Me acerqué y la saludé apenas la vi, puse una vez más mi inigualable e infaltable cara de idiota y de cojudo, que ponía en completa evidencia que se me caían las babas por Mariela, supongo que eso normal cuando uno se siente enamorado, siempre recordaré esta frase que una vez oí en un comercial de Sprite la cual fundamentaba "el amor te vuelve idota", y es cierto, yo me había vuelto completamente idota.

Aquella segunda vez, no bailé con ella, solo conversamos en unas cuantas ocasiones, ya que se veía ocupada con otro galán, el cual no le quitaba los ojos de encima, la tomaba de la mano y hasta la besaba, ella claro, trataba de hacerlo de forma disimulada y cada cierto tiempo me miraba, y yo no sabía que hacer, incluso aquel chico se puso celoso de mi y quiso tener una confrontación conmigo, cosa que no logró concretarse porque Mariela no lo dejó y sus amigos lo detuvieron antes de que se me acercara, además que yo también estaba con mi grupo y fueron ellos quienes me alertaron de las intenciones de aquel muchacho. Durante toda la noche, yo estaba ahuevado pensando en Mariela, no le di mucha importancia y a penas observé que mi amada se retiró de la mesa en la que estaba, fui a su encuentro, me miró y me sonrió, luego me contó que aquel chico la estaba fastidiando y quería tomar actitudes que no le correspondían, pues Mariela me dejó en claro que no tenía nada con él, lo cual era mentira por razones obvias, ya que después de aquella escena que vi entre los dos, ella no podía decir aquello, no tenía sustento alguno, sin embargo, yo, al estar dopado o ahuevado caería mejor, por aquel sentimiento, me hice el idiota, así que no dije nada, solo quedamos en salir otro día, aquel tercer día, en que se concretaría aquello que deseaba, a pesar de que solo sería por una noche.

Aquel tercer fin de semana en que vería de nuevo a Mariela, sucedieron una serie de cosas extrañas, como que cuando llegué al lugar pactado, una discoteca en San Borja, no la encontré por más que busqué hasta despues de las 2 a.m., estaba dando vueltas por la disco pensando que hacer, pensando en que ella no estaba en el mismo lugar, y que había sido una vez más víctima de sus engaños, y cuando ya había abandonado toda esperanza de verla, veo la silueta de curvas casi perfectas de una chica de cabello largo, con la espalda semi desnuda, que pasaba delante de mi, la cual se me hacía muy conocida, entonces, sientiendo aquellos calambres característicos en el estómago, caminé tembloroso hacia ella, no podía confirmar aquello porque aquella chica estaba de espaldas, entonces me acerqué un poco más, la tomé suavemente del brazo, ella volteó, ¡Era Mariela!, nos saludamos cordialemnte, ella alegó que había estado toda la noche ahí y que no me había visto por ningún lado, todas aquellas dudas que tenía antes de encontrarla, todos los reproches mentales que había hecho en mi mente y que trataba de responder de la pero forma posible, se esfumaron, pues al fin había encontrado a Mariela y lo demás dejó de ser importante, luego pensé -Por fin ésta vez, la tendré solo para mi-. Ella estaba con la misma amiga como de costumbre, y con un amigo más, conversamos un poco y luego la invité a bailar, cuadno llegámos a la pista de baile, bailamos abrazados desde la primera canción, yo estaba otra vez tembloroso, transpirando a borbotones, tan feliz que no prestaba atención a mi alrededor, de pronto en pleno baile se acercó un chico, con aspecto melancólico y muy aturdido, tomo de la mano a Mariela y me la arrancó, yo de inmediato fui a rescatarla del villano, cuando ella se volvió hacia mí y me dijo, -espera, no te preocupes, déjame hablar un rato con él- Yo completamente confundido por la escena, atiné a dejar que conversara pero siempre manteniéndome vigilante ante los dos, luego de un par de minutos, vi a Mariela regresar un poco molesta, le pregunté por lo sucedido y ella respondió -Está loco!, me dijo que yo ya morí para él, que ya no me quería y un montón de idioteces más- Yo no tenía idea alguna de lo que estaba pasando, sin embargo, cuando vi al pobre chico en un rincón, tristemente observándonos, me dije a mi mismo -Espero que yo no tenga que decir ni pasar por lo mismo, a pesar de que lo más probable sea que sí- Traté de llevármela lo más lejos posible de la vista de aquel pobre muchacho hasta perdernos entre la multitud, en donde nadie nos moleste, la tenía tomada de las manos, sentía como nuestras manos sudaban y temblaban a la vez, yo trataba de mirarla los ojos, de robarle un segundo de su atención e intentar besarla, pero ella parecía muy nerviosa y miraba hacia un costado, así que me acerqué suavemente hacia su oreja mientras continuábamos bailando, y le exprese mi amor por ella, le dije que me gustaba mucho, que no sabía como explicar aquello que sentía, ella se ruborizó y me miró con aquella dulce y a la vez picaresca carita sonriente, le pregunté qué era lo que sentía ella, si sentía lo mismo, ella correspondió a mi solicitud de estar juntos y querernos mucho, le pedí un beso, y ella me lo dio, desde aquel momento, todo cambió, nos besamos, nos abrazamos, y yo la acariciaba tiernamente, todo era tan increíble, todo parecía ser perfecto, como un cuento, como un sueño, como que se había cumplido algo que verdaderamente mi corazón quería, hasta que lamentablemente, dieron las doce y la cenicienta debía volver a su hogar, salimos de aquel lugar, y caminamos por la calle unas cuantas cuadras, mientras yo no dejaba de abrazarla, nos detuvimos en una esquina, nos besamos una vez más, conversamos otro poquito, yo tan solo no quería que se vaya, tenía tanto miedo a la despedida, hasta que finalmente tuvo que irse. Cuando la vi despedirse de mi, a punto de subir al taxi que la conduciría a su casa, cuando se desprendió de mis brazos, y le di aquel último beso apurado, sabía muy bien que ella no volvería, que todo aquello sucedió por un tonto capricho del destino, que tan solo debía vivir aquel momento porque era el último, porque a pesar de todas aquellas promesas que nos hicimos, de volvernos a ver tan pronto podamos no sucederían, porque a pesar de que yo estaba completamente convencido de que no debía dejarla ir y que hice todo lo que pude por atraparla, ella, no muy convencida quizá, tal vez por lo voluble que suelen ser las chicas a su edad. Yo estaba totalmente consiente que todo era casi una locura y que estaba casi auto suicidándome al darle oxígeno a aquel amor, pero también sabía que en el amor la lógica no existe, Mariela, en plena edad de las locuras y el auto descubrimiento, aquella noche, en aquel momento, tal vez convencida en continuar con todo, hizo sus votos de reciprocidad por aquella promesa de volvernos a ver tan pronto podamos, al día siguiente para ser más precisos, al día siguiente cuando sus endorfinas volvieron a la dosis común y corriente, y que tal vez ya no sentía aquel sentimiento de la noche anterior, cuando se miró al espejo y vio que sus ojos habían perdido aquel brillo que tenían pocas horas antes, tal vez sintió que se había precipitado, y ya no muy convencida por continuar con lo anterior planeado, aquella mariposa de amor, abrió sus alas y se fue a volar a otros cielos, se apartó del mío, llevándose un pedazo de mi corazón consigo, dando por terminada aquella historia, sin explicaciones ni remordimientos. Yo ya me lo esperaba, así que al no esperar nada de ella, no reclamé nada, y me fui una vez más, con la mirada perdida, a sufrir en silencio, a tenerla solo en mis recuerdos, aceptando aquel triste final. Aquella historia, la recuerdo con cariño, como algo que a pesar de que ya la había vivido en otras ocasiones, con otras chicas, en historias distintas, decidí vivirla una vez más, porqué pensé que quizá ésta sería diferente, porque aún no he desechado aquel sueño de encontrar al amor en el lugar menos pensado, porque creo en que lo imposible puede ser posible, a pesar de que me cueste tanto sufrimiento. Por eso debo decir, que aquella mariposa, a mi mariposa de amor, que me siento felíz de haberla conocido, a pesar de todo lo malo, a pesar de que nunca más la vuelva a ver, porque ella es mi mariposa, mi mariposa de amor.

noviembre 23, 2007

¿En Qué Lugar Se Esconde El Amor?




Cuántas veces nos han dicho "el amor no se busca, deja que él te encuentre", y al oír estas palabras o leer esta frase, se genera una dosis de desesperación con una mezcla de ansiedad, al estar prácticamente obligados a esperar algo que toda nuestra vida anhelamos, que nos lo han dado de a pocos, y que nos han despedazado los desproporcionales volúmenes que emanamos por quien no vale ni la estela de lo que dejamos. Sin embargo, debo aclarar, que si bien el amor no se busca, tampoco éste nos encuentra, simplemente surge por causa del destino, por ironías de la vida, por caprichos de lo absurdo, pues ¿Quién es capaz de entenderlo? El amor no es de éste mundo, pertenece solo a Dios y solo Él puede entenderlo a cabalidad, existió mucho antes de nosotros, nadie lo inventó, es parte de algo sin explicación, es algo que ya existía, y fuimos hechos sensibles a él, pues es lo único que nos hace seres vivos, es quizá la esencia de la vida misma, el alma del equilibrio entre lo inexistente y lo inexistente, que nos hace vivir por causa de él, que nos hace luchar por él, y si es posible, morir por él. ¿Cómo nosotros, simples mortales, pretendemos tratar de entender algo que jamás se a podido entender? Los científicos alegan que es producto de las endorfinas generadas por nuestro cuerpo e interpretadas por nuestra mente, sin embargo, ¿han podido los científicos crear amor? No, los grandes filósofos jamás han podido dar en un ápice a lo que realmente es el amor, todos, simplemente lo más que pueden hacer es crear metáforas, algunos, mucho más osados, pretenden crear reglas como la descrita en el comienzo de éste relato ¿No busques al amor, deja que él te encuentre? Qué absurdo!, el amor es simplemente como es, tan simple y complejo, es algo tan maravilloso que nadie a podido atraparlo para luego venderlo, nadie puede reclamarle amor a nadie, nadie puede obligar a amar a alguien, porque el amor es libre, y a los que atrapa, los vuelve felices e infelices a la vez, los convierte en seres libres y en esclavos. Dejemos pues entonces al amor en paz, no tratemos de juzgarlo porque nadie es capaz de entenderlo, no intentemos establecer reglas, porque el amor es la excepción a todas las reglas, porque el amor llena cualquier vacío y vacía cualquier corazón lleno, no intentemos dar metáforas, simplemente hay que sentirlo, dejar que fluya, no intentemos interpretarlo porque se nos hará mas difícil entenderlo, no seamos tontos y digamos es solo una "ilusión" o que el amor es de dos, o que nadie puede amar de verdad si no es correspondido, son solo tonterías, y lo pregunto una vez más, Si nadie ha sido capaz de entender al amor, entonces ¿Cómo carajo podemos juzgarlo y decir esto es amor y esto es una ilusión?, no existe tal cosa, porque tan solo es amor, porque ese algo que sientes, que te hace extrañar tanto a esa persona, que no te deja dormir por las noches, que te hace sonreir a media calle, que te hace meditar y hacerte volar en una nube, y que te hace escapar de este mundo que de amor nada sabe, es porque lo estás sintiendo, es porque te tocó cobijarlo en tu alma, es porque apostaste todo y ganaste o es porque apostaste todo y perdiste. Simplemente aceptemos aquella dicha y desgracia para algunos, que continúe su camino, el volverá y se volverá a ir, lo buscaremos, lo encontraremos y lo perderemos, porque simplemente es amor y nadie puede entenderlo.

noviembre 08, 2007

La Soledad y Yo


La otra vez, una amiga muy cercana a mí me comentó que se sentía muy triste, que no sabía lo que tenía, que le habían dado uno de esos arranques de depresión que a todos nos suele pasar, pero que no sabía que hacer, porque el amigo al cual siempre acudía a pedir ayuda, se había ido, pues habían peleado, y ninguno de los dos querían saber nada uno del otro, entonces fue cuando acudió a mi como un ave herida, pidiéndome consuelo y cobijo, me contó su triste historia, y me hizo recordar todo lo que había vivido años atrás, cuando tenía 18 años, había llegado a Lima a estudiar Computación e Informática, venía de Chimbote, era nuevo en aquella ciudad, mis padres no habían venido conmigo, y tenía que arreglármelas solo, al comienzo fue entretenido, pues no estaba mi tan querida mamá molestándome todo el tiempo, imponiéndome horarios de llegada y entrada, de comida, de levantarse y acostarse, y todo lo que una madre le impone a sus hijos. Sin embargo, muchos días después, cuando ya te cansaste de romper todas aquellas reglas y te sientes muy solo, cuando empiezas a extrañar a tu abuela cuando te preparaba el desayuno y te servía la comida, cuando empiezas a extrañar a tus amigos que iban a buscarte, es cuando te das cuenta que tu única compañera es la soledad.

La otra noche, la otra madrugada, cuando estaba en plena batalla entre la soledad y yo, en una época en la cual debía convertirme en un hombre y luchar por mi tranquilidad y felicidad, encontré algo que había escrito, era una carta, la leí y recordé aquella época en la que estaba casi abatido por la soledad que nunca me abandonaba, la leí y me puse muy melancólico porque era muy triste aquello que escribí, siempre con aquella loca idea de buscar compañera, pensando que así se solucionarían mis problemas, y hasta ahora no sé si habré estado en lo cierto o no. Muchos recuerdos de aquella época, cuando vivía solo en Miraflores, cerca al Parque Kennedy, no tenía mucho dinero porque recién había empezado a estudiar y recién llegaba a Lima, no conocía a nadie, no tenía amigos, era tan solo yo y mi fiel compañera de siempre, la soledad. Era muy agobiante tener que soportarla, suena irónico que la soledad sea en algún momento de la vida, nuestra única compañera, y a pesar de estar acompañados, estamos solos. Mucho tiempo después, cuando ya había soportado todo aquello que tenía que soportar, y había aprendido a manejar la situación, puedo decir que todo fue una prueba, quizá la más difícil que me haya tocado hasta hoy, la cual todos la afrontamos en algún momento de nuestras vidas, cuando dejamos de ser niños o adolescentes y nos convertimos en hombres de verdad, en donde no está papá ni mamá para ayudarnos, en donde no hay nadie, solo nosotros mismos, en donde nuestra única voz de consuelo, es nuestra propia voz, en donde tenemos que volvernos muy creativos para escapar de la monotonía, en donde todo se vuelve tan confuso, tan extraño, tan irreal, tan aburrido, y tan triste, que podríamos caer en la locura si no conservamos la calma y la cordura, es un espacio de tiempo en donde el árbol crece y se pone a prueba, en donde afianza sus raíces lo más que puede dentro de la tierra y se fortalece, o en donde no consigue soportar los azotes del viento, y es arrancado y arrojado a los abismos de la nada.
Ésta es la carta que escribí:

"Que se supone que se debe hacer para no sentir algo que te reprime en el fondo del corazón, algo que no te deja respirar, que no te deja dormir, que te quita el aire, que no te da ni siquiera un solo segundo para descansar, algo terriblemente perverso y frió, que te quita el sueño por las noches, algo que carece de sentimientos, algo que nos provoca un dolor insoportable, que muchas veces nos engaña, que nos hace creer que en el alcohol, en el tabaco, en las drogas o en la lujuria, podremos descansar, pero que al final nos damos cuenta que eso solo nos deprime mucho más, y hace que ese dolor sea aún más intenso. Muchas veces durante las noches me pregunto ¿Qué se supone que debo hacer para no sentirme así?, ¿a donde se supone que debo ir?, ¿en donde se supone que esta aquella persona que nuestro corazón necesita?, ¿en donde debemos buscarla?, ¿Cuándo vendrá? Y son preguntas que las oigo cada vez que salgo a meditar, cada vez que llego a mi habitación y contemplo la noche desde la ventana, cada vez que enciendo un cigarrillo, cada vez que estoy escuchando una canción triste, cada vez que estoy viajando en el autobús que me conducirá al instituto, cada vez que hago volar mi imaginación; y de pronto puedo saber que aquellas preguntas jamás podrán ser contestadas. Los días cada vez se tornan más aburridos y ya no tienen sentido, ya no puedo concentrarme en mis estudios, incluso, ya no se que hacer en mis ratos libres, pero es solo en ocasiones que con la pluma puedo desahogarme un poco, pero no es suficiente, y aquí surge una nueva pregunta: ¿Quién se supone que debe leer esta carta? Pues no lo sé.... tan solo puedo saber que esta noche no puedo dormir, no puedo soñar, no puedo calmarme, si tan solo conociera a alguien que cumpla mis expectativas, si tan solo conociera a alguien que lo más importante para ella sea el amor guiado por la sabiduría, a alguien que le guste soñar, salir a caminar y hacer volar su imaginación, conocer a alguien que complemente mis ideas y poder así descubrir la magia que trae consigo el amor, que trae consigo la noche, que trae consigo el mar, la música, la imaginación, la sensualidad, son tantas cosas lindas, en realidad es la magia del amor y su fruto es la felicidad, el sacrificio, la esperanza e incluso el dolor, pues es solo con el amor que se vive en realidad. Sin embargo, al amor aún no lo encuentro, es tan agobiante vivir sin el, si bien es cierto que la soledad es arte de nuestra vida y un lugar muy necesario para conocernos a nosotros mismos, es muy mala para quedarse por mucho tiempo, ya que todas las cosas que forman parte de nuestra historia, son como ingredientes que van formando y moldeando nuestro corazón, pero si uno de estos ingredientes es utilizado con exceso, entonces corremos el riesgo de que algo salga mal, y con mucha mayor razón si se trata de un ingrediente muy poderoso, que tiene que ser utilizado con sumo cuidado, como lo es la soledad, pues podríamos quedar atrapados en ella.
Cada vez que salgo a caminar solitario por las calles de la ciudad, puedo sentir dentro de mí a un corazón que trata de comunicarse con otro, que busca compañía, no importa quien sea, tan solo que aquel corazón sea bueno. Sin embrago, no me refiero a encontrar una pareja, que por cierto sería muy interesante y bueno, si no me refiero a encontrar un amigo, a un buen amigo, a encontrar a alguien como yo, no necesariamente que piense igual que yo, si no a alguien que me de una respuesta a lo que yo estoy buscando. Cuando avanzo lentamente por un sendero copado de gente, como un parque o una plaza, puedo percibir a personas como yo, es como si los que fueran como yo tuviésemos un sexto sentido, que cuando cruzamos nuestras miradas podemos ver la tristeza y la soledad reflejada en ella, pero es solo por unos instantes, ya que cada quien sigue de largo, y ahí está el problema, pues ninguno de los dos da la iniciativa e intenta comunicarse, y eso es producto de la soledad que nos reprime, nos hace ocultar nuestro lado amigable, incluso hasta nos vuelve un poco más tímidos e inseguros, ya que en ese preciso momento no sabemos que hacer o que decir, y cuando atinamos a reaccionar, inmediatamente llega una alerta a nuestra mente sugiriéndonos el peor de los casos, nos dice que la reacción de la otra persona podría ser indiferente, y eso es lo que más tememos, por lo cual nos retraemos y esperamos a que la otra persona tome la iniciativa o simplemente nos ocultamos, y curiosamente cuando la historia de encontrar a alguien llega a su fin, empezamos a meditar sobre lo vivido, y nos reprochamos el no haber hecho algo, y el agobio se torna mayor. Pero más agobiante es cuando pasamos por un pequeño grupo de personas de nuestra edad, que conversan amenamente, y queremos ser parte del grupo, queremos entrar en el círculo y decir -hola soy un solitario que anda en busca de amistad, y me gustaría que compartan un poco de su alegría, de su afán y de su amor, si fuese posible, conmigo, sin importar las diferencias- son muy sinceras y gratas palabras, que ayudarían mucho y lograrían lo que se anhela, pero que desgraciadamente jamás decimos, porque nos falta valor, y porque no sabemos si los corazones de aquellas personas cultivan indiferencia con los que no conocen, es muy arriesgado, pero como lo demuestra la realidad, el que no arriesga no gana. Y me pregunto, ¿algún día tendré el valor de hacer esto? tal vez si, o tal vez no tenga que hacerlo, pues tal vez llegue un momento en el que ya nunca más necesitemos a nadie."

Quizá en aquel momento exageré, pero me sentía tan agobiado, y pues ese es el resultado.

¡Luchar! para vencer al mundo, ¡Y no para que el mundo nos someta!
Somos fuertes, para qué acabarnos la vida pensando en lo que no tenemos, cuando quizá tenemos mucho más pero aún no nos hemos dado cuenta, la vida puede ser dura o frágil, triste o feliz, todo depende de como tomemos las cosas. Ahora me pregunto, ¿Cuál será mi decisión mañana?

octubre 29, 2007

Viviendo Historias Imposibles...




Muchas veces he pensado sobre los sueños, sobre las ilusiones, sobre nuestra tan maravillosa y sorprendente imaginación, podemos ser tan creativos con aquello que nos gusta, al menos yo soy capaz de inventar una linda y hermosa historia de amor, de pasión, de lujuria o de lo que sea en unos pocos minutos, cada vez que me cruzo con aquella linda chica por la calle, en el micro, en una bodega, en un restaurante, en el supermercado, y lo mejor de todo, en una disco, en fin, la circunstancia no importa, solo importa que me la encuentre y que robe mi atención. Es tan interesante cuando suceden estos momentos, se que lo más probable, lo más cerca que pueda estar de esta chica, son solo los centímetros de distancia que nos separan, y que sea la primera y última vez que la vea, pero ese cosquilleo característico que se siente en el estómago cuando se cruzan las miradas y decimos por dentro -me miró!!- ese temblor general, como electricidad que nos pasa por el cuerpo, cuando se vuelven a cruzan nuestras miradas, es suficiente para que nuestro cuerpo genere endorfinas, una droga natural del cuerpo, y active nuestro subconsciente para que éste empiece a recrear una historia imaginaria, en donde los protagonistas de la historia, película o novela, solo somos ella y yo, en donde los dos somos felices, en donde los dos sienten amor sincero, o pasión y lujuria (según sea el caso), y en donde las cosas salen tal como nostros queremos, en otras palabras, inventamos la historia perfecta, entonces camino y camino, sonriendo a la nada, pensando solo en aquella ficción, que es como una película que se auto genera en la mente, una película muy interesante y elocuente, tanto así que en ocasiones daríamos cualquier cosa para que todo aquello sea verdad. Y es tan irónico todo, que una vez que termina aquella película inventada, luego nos olvidamos por completo de lo que estuvimos pensando, y volvemos a la realidad, a pisar tierra, a bajamos de nuestra nube, vuelven nuestras penas y alegrías una vez más a nuestra mente, los gratos y malos recuerdos, nuestra agenda se vuelve a activar en nuestro cerebro, y empezamos a realizar las actividades que teníamos en mente, y eso es todo. Pero y entonces ¿Qué sucede con éstas historias?, pero si eran tan lindas y perfectas, ¿Por qué no escribir un libro contando la historia? sería muy interesante guardar nuestras memorias, guardar momentos que alguna vez fueron importantes para nosotros, en los cuales involucran a personas reales, que muchas veces no tienen ni idea de que en algún momento fueron importantes para nosotros y marcaron parte de nuestra historia. Entonces eso es lo que pretendo con esto, escribir mis memorias, las que más recuerdo de todas, aquellos momentos fugaces que me hicieron sonreír, que me hicieron sentir el galán de la novela, el héroe de la película, el tonto del chiste, como Jack junto con Rose dentro del auto en Titanic, como el director de la orquesta, como Shreck emocionado que va en rescate de Fiona, como Peter Parker peleando contra Venom y el hombre de arena para rescatar a su amada MaryJaine, como Rocco en París, como Mandraque de la serie de HBO, como pantaleón y las visitadoras. Por cierto, cabe recalcar que todo esto sucede en la tan creativa imaginación, adoptando el personaje necesario para la escena que se nos viene a la mente, ya ven, no es necesario el uso de drogas o estupefacientes para darse una completa alucinada y sentirse bien por algunos segundos, no es necesario, como dice mi querido y estimado Tío Lucio, fumar esa cochinada tan rica, para sentirse bien y poder imaginar todo aquello que queramos.

septiembre 05, 2007

Siguiendo por el camino...



En tan poco tiempo han pasado tantas cosas, de las cuales tengo buenos recuerdos en su mayoría, pero muy malos en el tan poco restante, tanto así que hubiese preferido no tener aquellos buenos recuerdos con tal de no pasar por los malos, todo esto es una historia tan complicada, y una de las cosas que más me duelen es que yo tengo gran parte de culpa en todo esto, mi inseguridad y mi miedo a volver a querer hicieron que vuelva a tropezarme y caer otra vez, pues me había propuesto estar solo por un muy buen tiempo, y rompí mi promesa. Si bien es cierto que en el amor, todos somos totalmente ciegos, totalmente sordos y brutos, tenemos la opción de continuar o de detener todo, yo no lo hice. El punto es que, muy aparte de todo esto, lo que me quema en sí es que a uno le paguen con ingratitud, con soberbia, y con mentira. Después de todo esto, perdí a muchos amigos, perdí muchas cosas, pero aún conservo el honor de haber hecho lo correcto, y es lo que me mantiene con la frente en alto, es lo que me da aliento para continuar, y mirar a las personas de frente como debe de ser, sin voltear avergonzado. Pues solo hay una forma de hacer las cosas, la forma correcta, y yo sé que hice lo correcto, pero a veces duele hacerlo, y no solo duele, hay ocasiones en que mata, y ahí está el gran dilema de hacer lo que esta bien o no, solo de nosotros depende. Ahora, no me queda otra cosa que continuar por el sendero de la vida, un sendero muy tortuoso pero también amoroso, son etapas distintas, un día nos toca reír y otro llorar, un día resulta nublado y lluvioso, y otro totalmente despejado con la luna y las estrellas en todo su esplendor, solo hay que hacer las cosas bien, aprovechar los buenos momentos, pero tampoco malgastarlos, pensar en quienes aún no pueden ver la luz al final del camino y compartir nuestra luz con ellos, para que también lo hagan con nosotros cuando lo necesitemos. La vida continúa y sé que mañana saldrá el sol, algunos lo verán y otros no.

A veces las cosas son tan complicadas, a veces todo se torna tan confuso y oscuro, a veces no encontramos ni siquiera un lugar donde encontrar tranquilidad, no puedo estar encerrado en casa, me aburre el televisor, me deprime navegar en Internet sin un rumbo específico, ver el msn sin tener conectados a aquellos amigos que tanto necesitamos en aquel momento, de pronto, pongo una de aquellas canciones que me hacen recordar momentos enmarañados de tristeza y felicidad, y en ese instante me dan unas ganas de plasmar todo mi sufrimiento en aquella canción, así que observo mi vieja guitarra colgada en la pared del cuarto, la tomo en mis manos y empiezo a tocar y cantar aquella canción, cada vez con más y más inspiración, intento llegar a los tonos mas altos, sacar toda la voz de mi interior, y de esta forma llorar a través de la música, a través del sonido, tratar de explotar todo aquel sentimiento deprimente, tratar de desfogar toda mi ira, todas mis penas, tocar y tocar y cantar, y tratar de hacer vibrar hasta llegar a lo infinito de la voz y de la música, aquellos versos que expresan parte de mis penas, hacer estallar toda esta inspiración acumulada que ya no soporta un segundo más ser retenida, hacerla estallar como una supernova, las lágrimas acompañan la melodía, y mi mente perdida en aquel momento, llega al éxtasis de la melancolía.

Volviendo al tema, escribiré la historia, escuchando A la Primera Persona de Alejandro Sanz y Hole In My Soul de Aerosmith, me inspiro un poco más y me hace recordar mejor lo sucedido. Hace poco tiempo conocí a una chica llamada Carmen, me la presentó una amiga, aquella noche todo fue tan curioso, era sábado, yo había salido con uno de mis viejos amigos, él había estudiado la primaria y la secundaria junto conmigo, su nombre era Juan, yo pensé que héramos amigos, pero tiempo después descubrí que él no era mi amigo, quizá él para mi si pero yo para él no, y me lo demostró de la peor forma posible. El punto es que estuvimos caminando por la Calle de las Pizzas en Miraflores, él pesimista como siempre, me decía que sería una noche aburrida, hasta que caminando me topé con una amiga que había conocido tiempo atrás llamada Sofía, ella me presentó a Carmen, desde el momento en que cruzamos nuestras miradas, Carmen no me quitaba los ojos de encima y yo tampoco lo hacía con ella, salimos los cuatro, nos fuimos a una disco llamada El Quinto Elemento, bailé muy bien con Carmen, ella me coqueteaba y yo le seguía el coqueteo, terminamos los cuatro en la casa de ella tomando y bailando, hasta ese momento yo no desarrolle algún tipo de sentimiento hacia ella, todo era solo atracción física, bailamos y nos besamos aquella noche, mientras estábamos en lo nuestro, Juan con Sofía hacían lo suyo por su parte.

Luego de aquel día solo nos comunicábamos por msn, hasta que llegaron las vacaciones de mitad de año, y nos volvimos a ver, salíamos casi todos los días, y fue entonces en aquel tiempo en que empecé a enamorarme de Carmen, en aquellos días nos encontrábamos en Chimbote, visitando a nuestras respectivas familias, justo un día antes de regresar yo a Lima, le pedí que fuese mi enamorada, ella accedió, y todo lo hice a pesar de haberme propuesto de estar solo por un muy buen tiempo, ya que no tenía problemas, y me sentía bien así, sin embargo, al romper mi promesa, todo cambiaría para bien o para mal, pero algo cambiaría. Cuando volví a Lima, me sentí completamente confundido, por un lado, extrañaba la libertad de estar solo, y por otro lado, sentía la nostalgia de seguir con Carmen, todo esto sucedió porque ella se quedaría unos días más en Chimbote, mientras yo me encontraba solo en Lima, el punto fue que llegó un momento en que me sentía tan confundido que cometí una locura, metí la pata por así decirlo, y pues le fui infiel a Carmen con otra chica, luego de aquello, yo me sentía una completa basura, una completa mierda, un excremento humano, cuando Carmen volvió, estuvimos juntos y se lo dije, no se como pero se lo dije, ella me abofeteó (tenía toda la razón y el derecho), le pedí perdón pero también le dije que si quería terminar todo lo iba a entender, ella me dijo -te perdono- hasta ese entonces yo me sentía el malo de la película, el lobo feroz, el villano, pero a su vez, me sentía un poco más limpio, sentía que me había dado un baño, y que podía una vez más volver a mis principios, pues todos cometemos errores, no somos perfectos, el secreto está en reconocerlos y no volver a cometerlos, de ahí nacen las leyendas, de ahí nacen aquellos que marcaron el linaje de los que murieron con honor y cambiaron la historia, el punto esta en qué al hacer eso vendría como un terremoto que sacudiría las bases de lo construido para modificarlo por completo. Pasaron los días, y como era de esperarse, nada sería igual, todo cambió, ella empezó con sus inseguridades, me pidió tiempo a pesar de que me había perdonado, una vez ella me dijo o se lo oí decir, -cuando alguien te pide tiempo es porque ya no siente nada, es solo una tonta excusa para terminar-, y es cierto. En aquel momento no recordaba nada de eso, tenia la mente en otro lado y terminé accediendo, a los dos o tres días nos volvimos a ver para supuestamente arreglar las cosas, el punto fue que no arreglamos nada, nos besamos y ella terminó con lo mismo, que se sentía confundida y que quería más tiempo, a mi no me quedaba de otra, a pesar de que le dije que deberíamos continuar, ella siguió con lo mismo, pero lo que no me esperaba era que las cosas cambiarían de tal forma que prácticamente ella terminaría haciendo algo peor conmigo, al menos yo lo veo así, quizá me equivoque pero lo veo así, quizá yo tuve la culpa pero eso no le da derecho a nadie a elegir hacer siempre lo peor, porque todos tenemos inteligencia y cada quien es responsable de sus acciones, quizá fue un castigo hacia mi, pues a ella después todo termino feliz, incluso Juan, el quizá cómplice de todo, el amigo que me traicionó, el Judas Hiscariote, el desgraciado ese, también terminó feliz, él ahora esta muy contento disfrutando de la vida con Sofía, y Carmen está ahora muy contenta disfrutando de la vida con su nuevo amor, el amor que le consiguió el amigo que me traicionó.

A veces no entiendo porqué las personas se meten en la vida de otras, ¿Por qué algunas personas conspiran contra otras?, ¿Acaso no pueden vivir en paz con lo que tienen?, hablo de las que no les falta nada, ¿tienen que joder la vida de los demás para sentirse bien? y peor aún si lo hacen con alguien a quien llaman amigo. Juan conspiró contra mí, y por supuesto con la reverencia y absolución de Sofía, otra de mis supuestas "amigas", lo hizo dos veces o quizá mas, cuando aún estaba con Carmen, y la estocada final la dio tres días después de que terminé con ella. Yo me pregunto, si una persona se enamora de alguien y quiere mucho a esa persona, ¿Puede desencantarse en un instante para irse con otra?, ¿Puede "enamorarse" de esta otra persona tres días después de haber terminado con la otra que supuestamente aún quería? (si alguien tiene alguna respuesta le agradecería encarecidamente que me la haga saber por medio de un comentario) podría entender que por despecho se haya besado o Dios sabe qué hecho algo con una o con cien personas, pero jamás entregarle su corazón, jamás volverse a enamorar, porque uno se encuentra en un estado de transición, es como si alguien hubiese inhalado una bocanada de aire llenando sus pulmones por completo, si se hace esto, esta persona no puede volver a inhalar aire porque sus pulmones están llenos, para volver a inhalar hay que exhalar todo el aire que tenemos en los pulmones, pregunto yo: Si para exhalar el aire uno se demora un instante, tan solo segundos, ¿Se puede hacer lo mismo para dejar de querer a una persona?, ¿Se puede dejar de querer a alguien en unos segundos, en tres días para ser más exactos?, no creo que exista tal persona que pueda exhalar a alguien de su corazón en tres días, creo que ni un mes alcanza. Es por todo eso que debo decir que Carmen no me quería, que Carmen nunca me quizo, que jamás supe que pasaba por la mente de Carmen cuando estaba conmigo, que otra vez me volví a equivocar, ¿Querrá Carmen a esta otra persona de la cual supuestamente está enamorada? solo Dios lo sabe, yo solo espero que si y que no le suceda lo mismo que a mi, solo sé que Carmen es la persona más voluble que he conocido, la más misteriosa de todas, es más, nunca llegué a conocerla en verdad, se que ella tarde o temprano leerá lo que está aquí escrito, y a pesar de que he cambiado los nombres, ella se dará cuenta de que es ella, así es la vida Carmen, es tu mera imagen todo lo que está aquí escrito, te guste o no es mi opinión, ¿equivocarme?, ¿mal interpreté las cosas como sueles decir? ojalá que sea así, pero la realidad es que no. Ahora me voy a mi banca del parque, en El Olivar, a relajarme y a pensar un poco más, a tratar de entender mejor a las personas, a tratar de entender como sobrellevar lo malo, a seguir filosofando en otras palabras, es lo que siempre hago, y siempre seguiré haciendo.